miércoles, 22 de septiembre de 2010

Printemps

Imaginarla, desnuda y violeta, enredada en un océano de pasto y de calor. Sonreír y acercarse, hasta apenas rozarle los labios. Saberla vibrar bajo el vestido, tibia, como invitando a seguir. Y entonces bucear en la infinidad del pelo oscuro y detenerse en el cuello frágil: sentir el latir de la piel humedeciendo el abrazo.

Imprimirle un beso blando, los labios aprendiéndose, masticándose con ternura. Las respiraciones confusas y las lenguas tímidas, jugueteando entre los dientes, enmarañándose entre caricias vivas. El aire pesado y el vaivén de miradas viscosas; los ojos negros llenos de rocío. Y posar entonces la mano en la espalda. Dejar que los dedos recorran cada vértebra de esa espalda interminable y descubierta. Dar con el cierre y bajarlo despacio, descubriéndola, deshojándola entre labios, y brazos, y alientos.

Y mirarla así, tan llena de formas nuevas, una fruta madura y perfecta tendida sobre la alfombra. La piel firme, los párpados bajos, las piernas que envuelven. Recorrerla entera. Sentir las caderas fuertes, el olor a naranja, los pezones de azúcar. Besarla en la boca y resbalar. Probarla; hundirse por fin en el sabor a jabón y a silencio, disfrutarla de a bocados pequeños, mordiéndola apenas, sintiéndola temblar bajo los labios. La cosquilla entre las piernas, intensa. Perderse en cada hueco, ya irrefrenable, dejando brotar el impulso, las ganas de devorarla, de desgastarla hasta dejarla rota. Apretarla contra la alfombra, ella tan mansa y tan mojada, dejándose hacer, mirándote con ojos grandes y abiertos y empapados de mermelada. Y entonces quebrarla. Irrumpirla mil veces, insaciable, su respirar húmedo empañando tu oreja. Enredarse en un nudo de pelo y abrazo y gemir, las pieles erizadas, las uñas en la espalda, el cuerpo entero estremeciéndose hasta estallar, cosquilla infinita, mente en blanco, sol.

Sostenerla, liviana, como un pétalo en el viento.




6 comentarios:

  1. Me encantó. Al punto que se me aceleraba la lectura y tenía que bajar el ritmo, disfrutarlo despacio como un sabor.

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  2. Qué bello texto Flor
    Y precioso Chagall, perfecto para ilustrar este universo de sensaciones que tan bien describís

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  3. Hoy lo disfruté mas que la primera vez que lo leí y comparto lo que te escribió La Co, no podes permitirte leerlo en forma acelerada, es para apreciar y disfrutar cada sensación.
    Besosssssssssss!
    Jackie

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  4. De mi libro "La Sombra Dividida",


    LECHO


    Verla sentada frente al espejo
    limpiando su rostro lentamente,
    observando en el rabillo del ojo
    pliegues que el tiempo le impone.

    Verla de espaldas, casi desnuda,
    muy iluminada, blanca, lejana.
    Desearla hasta el dolor.
    Cerrar los ojos,
    no poder borrar su blancura.
    Cuando termine apagará las luces,
    meterá en la cama su olor húmedo,
    su gesto sombrío...
    Yo me quedaré en un punto ciego
    y con el puño apretado y el labio mordido,
    dormiré.

    Al alba, aún dormida, verla.
    Suspirar, amarla en silencio,
    lágrimas en el aire
    océanos en la garganta
    deseos de huir.

    Verla, y como siempre,
    dudar, dudar mucho.




    anuar bolaños.

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  5. Es Excelente FLO, te juro que me gustó mucho. Me encanta como utilizas tan bien imágenes para describir momentos. Las metáforas y las personificaciones también pero esas están presentes en la mayoría de tus textos. Éste tiene algo especial...

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  6. A-la-perinola (me copié).

    Eso mismo, andás pariendo imágenes de una forma muy bella, che... pre-cio-so.

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