miércoles, 15 de diciembre de 2010

Manualidades

Las manos de Juana tienen el olor triste de la arcilla reseca, el sabor tibio del puchero fangoso que hierve entre inviernos crueles, la tersura de un manto de abuelas o de vientres cálidos. Las manos de Juana están ajadas de tanto frío y de tanto arar, rotas de tanto cultivar tubérculos e ilusiones, y entre las grietas esconden los restos de recuerdos vivos, el gusto a chupetín de cereza en la carcajada del niño, los deditos encendidos que señalan el cielo. Las manos de Juana huelen siempre a pulpa de durazno, a tierra húmeda, a lana de oveja. Saben a arrorró de madrugada, a curita en la rodilla, a caricia entre sábanas perfumadas.

Las manos de Juana no dejan nunca de parir primaveras, de amasar barros, de tejer margaritas. No descansan, ni siquiera cuando Juana duerme. Trenzan en el aire banderas y caracoles, enhebran hilos de lluvia que cosen almohadas que cosen sueños con gustito a rouge. Las manos de Juana no dejan nunca de moverse, de apretar montañas, de ensayar formas, de esculpir pinceles y de mojarlos en gris.

Y cuando todo el pueblo duerme, Juana y sus manos salen corriendo al jardín y trepan la escalera de dos en dos, tarareando alguna canción de la infancia, con la picardía en el rostro descolorido y el pincel bien aferrado entre los dedos. Entonces Juana llega al cielo y se cuelga de una estrella. Desde allí pasará la noche entera pintando las nubes, amasándolas entre caricias vivas. Y a la mañana siguiente los niños se levantarán para ir al colegio, y al recibir el primer cachetazo del viento descubrirán un conejo blanco y simpático que desde las alturas les arrancará un grito de sorpresa, y entonces por esta vez el camino hacia la escuela sí será divertido, inundado de formas nuevas y chillidos de azúcar, y los niños pasarán por delante de esa casa venida a menos sin siquiera preguntarse quién vive allí dentro, sin siquiera asomarse a susurrar un gracias, y a las manos de Juana no les importará pues bastará con escuchar las sonrisas que por la ventana se cuelan con el viento para cerrar los ojos y entonces sí, por fin, dormir.



5 comentarios:

  1. Divina tu poesía.
    Muchisima paz me generó

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  2. Flor: En ciertos momentos sos una Juana en mi vida, cuando te leo soy feliz como los chicos que van al colegio mirando en el cielo los conejos que garabateó Juana.

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  3. aAAY ALTOS COMENTARIOS
    jajaj
    sé tmb mi juana por favoor.
    Pero dormí por cierto! jajajaj
    Te salió tierno como hace rato no leía ehh,
    que linda linda.
    Estoy ansiosa por recibir mi libro :)
    y más aún por verte.

    Queirotetetemuchotetete

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  4. Wow... qué hermosas esas manos. Qué hermosa tu escritura. Siempre me gusta pasar por acá porque sé que lo voy a disfrutar.

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  5. Porque será que siento lo mismo que la persona que te escribió que te siente como una Juana en su vida. Que coincidencia no ?? (ja, ja) y que bueno poder expresártelo de esa manera. Mis felicitaciones a ambos (dos tiernos)
    Besos
    TKM

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